LA HISTORIA DEL MONASTERIO OLVIDADO
Alrededor de un valle de fresnos aun subsiste el Monasterio de Fresdelval. Olvidado para la mayoría de nosotros, a seis kilómetros de Burgos podemos ver las ruinas de este Monasterio jerónimo del siglo XV. En este paraje es donde paso Carlos V la Semana Santa de 1524. El Rey quedo impresionado por la zona y pensó en ir allí a descansar de sus fatigas imperiales. Pero finalmente sus médicos desaconsejaron el Monasterio por la climatología de Burgos, trasladándose finalmente al Monasterio de Yuste, Cáceres.
La historia de este Monasterio comienza cuando en 1400 una pequeña niña muda llamada María entra al santuario de la Virgen de Fresdelval. El motivo de esta visita era elevar allí las plegarias para recuperar su voz. Es aquí cuando la tradición cuenta que más entrar a la ermita la niña comenzó a hablar con la misma soltura que antes de su sobrevenida mudez. María no se encontraba sola sino que estaba acompañada por su padres el Adelantado don Gómez Manrique y su mujer doña Sancha de Rojas, así que su devoción a la Virgen creció más.
Tres años después de este misterioso hecho, en 1403, don Gómez Manrique se encontraba en plena expedición contra el reino de Granada. Y cuando iba a recibir un fuerte saetazo se encomendó a la Virgen de Fresdelval. El disparo no atravesó la carne.
Don Gómez Manrique atribuyó su salvación a Santa María de Fresdelval. Agradecido por su salvación hizo voto de edificar un Monasterio en el lugar.
La vida física del Monasterio se inicio con la llegada la festividad de la Anunciación, el 25 de marzo de 1404. Fecha en la que se coloco la primera piedra.
En uno de sus deberes de vasallo real donde don Gómez Manrique encontró la muerte. Fallecido el 2 de junio de 1411. Tras su muerte todavía faltaba por terminar algunos elementos por lo que el monasterio terminaría de construirse a mediados del siglo XV.
De acuerdo con las disposiciones testamentarias don Gómez Manrique fue sepultado en la iglesia del Monasterio de Fresdelval.
Tendremos que esperar hasta 1524 para ver en Fresdelval al Rey Carlos V. Este pasara toda La Semana Santa en el Monasterio.
En 1808 se produjo un hecho inesperado: los ejércitos franceses, que habían entrado en España con el objetivo de invadir Portugal, obligaron al monarca español Carlos IV y a su hijo Fernando a abdicar al trono en favor de Napoleón.
Burgos quedo bajo el permanente control de las fuerzas francesas después de la entrada de Napoleón. Por lo que la comunidad de jerónimos de Fresdelval tuvo que dispersarse. Tras la Guerra de la Independencia se expulso al ejército francés. Así que los frailes jerónimos regresaron a su Monasterio de Fresdelval en el año 1813. Según el vicario del arciprestazgo hallaron en muy mal estado al Monasterio. Sufrió tal destrucción por parte de las tropas francesas, que algunas de las bóvedas de la iglesia se derrumbaron, sin ninguna posibilidad de que fueran reconstruidas. Se podría decir que este fue el inicio del estado ruinoso de Fresdelval.
En 1820 con la desamortización. En un decreto de desamortización del 1 de octubre de ese mismo año provoco la supresión de Fresdelval. La mayor parte, sino es la totalidad, del patrimonio rústico del Monasterio de Fresdelval fue enajenado durante los años del Trienio Constitucional(1821-1823).
Uno de los nuevos dueños del edificio, don Dionisio Martín inicio la fabricación de cerveza en Fresdelval después de comparar la mitad de los edificios en el año 1860.
El negocio de la licorería parece que no marcho prósperamente. La fabrica de cerveza desapareció de la documentación desde 1865. Esta producción de licor y cerveza enlazaba,casualmente, con una tradición de los monjes de Fresdelval de elaborar cierto licor, cuya formula, fue hallada el año 1931.
Y es aquí cuando todo comienza a llegar a su fin, aunque actualmente sigue el Monasterio en ese mismo valle. Solo es un fantasma de lo que era. Solo nos queda un romántico recuerdo.
Actualmente la casa del Monasterio se halla sin puertas ni ventanas y la iglesia esta descubierta ya que perdió el tajado. La imagen de Nuestra Señora de Fresdelval, fue trasladada a la iglesia de Villatoro. Los sepulcros y de más elementos valiosos del Monasterio, entre ellos el sepulcro de don Juan de Padilla esculpido por Gil de Siloé, fueron trasladados al Museo de Burgos.
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